lunes, 28 de octubre de 2013

El mayor riesgo de las vacunas es no ponerlas. Jules Hoffmann, premio Nobel de Medicina 2011

Foto:Pedro Madueño

Señor de las moscas

El doctor Hoffman imparte lección magistral en el 23.º Congreso Europeo de Drosophila y nos da una particular de humildad evolutiva. Nos recuerda que compartimos el 95 por ciento de nuestra genética con esa simpática mosquita que tantas vidas salva. Hace mil millones de años que empezamos a evolucionar con la drosophila. Y por eso, nuestros organismos son tan similares que, al investigar insectos, podemos aprender a combatir las enfermedades que nos contagian sin contraerlas. Hoffman intuye, con Zur Hausen, que tal vez tras etiquetas como cáncer o alzheimer algún día se descubran virus aún desconocidos. Y las drosophilas nos ayudarán a combatirlos.

Quiero precisar primero que no soy médico; soy investigador.

¿Y médico por qué no?

Porque siempre quise ser quien hiciera los descubrimientos para salvar vidas y no sólo quien los aplicara.

¿Qué ha investigado?

Cómo funciona nuestro sistema inmunitario. Hoy sabemos que tenemos dos: uno heredado y otro adaptativo, que tiene memoria y aprende a combatir a los patógenos.

¿Todos los animales tienen los dos?

Sólo los vertebrados han evolucionado hasta tener también otro adaptativo. Por eso, sólo los vertebrados pueden vacunarse.

¿Entonces por qué está usted aquí, en un congreso sobre la mosca drosophila?

¡Cuántos millones de vidas humanas ha salvado la drosophila! Y cuántas salvará aún.

¡Salve, drosophila!

Estoy aquí porque estos insectos son modelos magníficos para experimentar. Gracias a ellos hemos descubierto cómo el sistema inmunológico heredado estimula al adaptativo y lo potencia. Así actúa en las vacunas.

¿Le dieron el Nobel por descubrirlo?

Fue un trabajo en red. Descubrimos receptores que conectan nuestro sistema inmunitario innato y el adaptativo para protegernos.

¿Estudian moscas para hacer vacunas?

El 95 por ciento de los seres vivos -todos los insectos- combaten las infecciones sólo con el sistema inmunitario heredado. Nosotros usamos los dos. El heredado combate patógenos y, además, estimula al adaptativo.

¿Qué espera descubrir ahora?

Desde el paleolítico hasta 1850 nuestra esperanza de vida apenas superaba los 20 años...

Y de pronto hoy vivimos 4 veces más.

... Por tres razones: la higiene, la vacunación y los antibióticos. Y las tres, muy recientes.

Creía que la vacuna se descubrió antes.

El descubrimiento de la vacuna, sí, es de 1796, pero para las vacunaciones masivas hubo que esperar hasta principios del s. XX.

¿Por qué se demoraron tanto?

La vacunación es una técnica compleja y topó con resistencias culturales y religiosas.

La ignorancia mata.

Y no sólo hablo del tercer mundo. Recuerde que, también para cristianos y judíos, la enfermedad y la muerte eran designios divinos a los que era pecado resistirse. Eran castigo de Dios. Y había que aceptarlo. Pero no es el exceso religioso el único obstáculo.

Hay que tener cierta sanidad pública.

Y hay que evitar la desinformación pública también. En Estados Unidos y Occidente se han ido propagando rumores de que algunas nuevas vacunas podían favorecer la aparición de autismo o esclerosis múltiple... ¡Es falso! El mayor riesgo de las vacunas es no ponerlas cuando hace falta.

Pero se generaliza la vacuna contra el virus del papiloma: un cáncer, el de cuello de útero, en realidad causado por virus.

Esa reveladora relación la demostró un buen amigo mío, el también premio Nobel doctor Harald zur Hausen.

Hausen me dijo aquí (30/VI/2011) que sospechaba que otros cánceres también provenían de virus y tal vez enfermedades degenerativas, como el alzheimer.

Me parece una hipótesis plausible, que, desde luego, merece nuestra atención.

Si son virus, podríamos vacunarnos.

Por eso estoy aquí apoyando la investigación básica con las drosophilas, porque el estudio de la inmunidad heredada, que se había descuidado, hoy está en vanguardia.

A usted casi le cierran el laboratorio.

¡Dos veces! Las autoridades francesas creían que la investigación de insectos era más bien para combatir plagas agrícolas y que no tenía aplicación médica.

Menos mal que usted les convenció.

Hoy nadie discute la utilidad médica de esa investigación básica. Y aquí en Barcelona se investiga mucho y bien con drosophilas.

¿Tanto nos pueden revelar?

Los insectos constituyen un 80% de todas las especies del mundo; destruyen cada año un tercio de los cultivos humanos y ponen a un tercio de la humanidad en riesgo de enfermedades graves como la malaria o el dengue. Si investigáramos cómo los insectos que portan los virus consiguen no contraerlos, podríamos aprender a derrotarlos.

¿Usted sabía que era crucial?

El estímulo inmediato para investigar es resolver el rompecabezas que te planteas. Yo, cuando empecé a investigar insectos en 1963, no sabía que tendría aplicación médica, pero en 1995 ya estaba convencido.

Treinta años de persistencia.

Soy muy insistente y firme, como saben quienes intentaron cerrar mi laboratorio

¿Qué otras enfermedades dependen de esa investigación inmunológica?

Los tumores, por ejemplo: sabemos que son combatidos por el sistema inmunitario heredado. Podemos avanzar en esa línea.

Los antibióticos están perdiendo eficacia, pero no es rentable investigar más.

Las farmacéuticas son necesarias, pero priorizan la obtención de beneficio. Por eso, no podemos dejar toda la investigación en sus manos. También necesitamos investigación pública que anteponga nuestra salud y la ciencia a cualquier otro fin.

No hay comentarios: