Foto:Pedro Madueño
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Señor de las moscas
El doctor Hoffman imparte lección
magistral en el 23.º Congreso Europeo de Drosophila y nos da una
particular de humildad evolutiva. Nos recuerda que compartimos el 95
por ciento de nuestra genética con esa simpática mosquita que
tantas vidas salva. Hace mil millones de años que empezamos a
evolucionar con la drosophila. Y por eso, nuestros organismos son tan
similares que, al investigar insectos, podemos aprender a combatir
las enfermedades que nos contagian sin contraerlas. Hoffman intuye,
con Zur Hausen, que tal vez tras etiquetas como cáncer o alzheimer
algún día se descubran virus aún desconocidos. Y las drosophilas
nos ayudarán a combatirlos.
Quiero precisar primero que no soy
médico; soy investigador.
¿Y médico por qué no?
Porque
siempre quise ser quien hiciera los descubrimientos para salvar vidas
y no sólo quien los aplicara.
¿Qué ha investigado?
Cómo
funciona nuestro sistema inmunitario. Hoy sabemos que tenemos dos:
uno heredado y otro adaptativo, que tiene memoria y aprende a
combatir a los patógenos.
¿Todos los animales tienen los
dos?
Sólo los vertebrados han evolucionado hasta tener también
otro adaptativo. Por eso, sólo los vertebrados pueden
vacunarse.
¿Entonces por qué está usted aquí, en un congreso
sobre la mosca drosophila?
¡Cuántos millones de vidas humanas ha
salvado la drosophila! Y cuántas salvará aún.
¡Salve,
drosophila!
Estoy aquí porque estos insectos son modelos
magníficos para experimentar. Gracias a ellos hemos descubierto cómo
el sistema inmunológico heredado estimula al adaptativo y lo
potencia. Así actúa en las vacunas.
¿Le dieron el Nobel por
descubrirlo?
Fue un trabajo en red. Descubrimos receptores que
conectan nuestro sistema inmunitario innato y el adaptativo para
protegernos.
¿Estudian moscas para hacer vacunas?
El 95 por
ciento de los seres vivos -todos los insectos- combaten las
infecciones sólo con el sistema inmunitario heredado. Nosotros
usamos los dos. El heredado combate patógenos y, además, estimula
al adaptativo.
¿Qué espera descubrir ahora?
Desde el
paleolítico hasta 1850 nuestra esperanza de vida apenas superaba los
20 años...
Y de pronto hoy vivimos 4 veces más.
... Por tres
razones: la higiene, la vacunación y los antibióticos. Y las tres,
muy recientes.
Creía que la vacuna se descubrió antes.
El
descubrimiento de la vacuna, sí, es de 1796, pero para las
vacunaciones masivas hubo que esperar hasta principios del s.
XX.
¿Por qué se demoraron tanto?
La vacunación es una
técnica compleja y topó con resistencias culturales y
religiosas.
La ignorancia mata.
Y no sólo hablo del tercer
mundo. Recuerde que, también para cristianos y judíos, la
enfermedad y la muerte eran designios divinos a los que era pecado
resistirse. Eran castigo de Dios. Y había que aceptarlo. Pero no es
el exceso religioso el único obstáculo.
Hay que tener cierta
sanidad pública.
Y hay que evitar la desinformación pública
también. En Estados Unidos y Occidente se han ido propagando rumores
de que algunas nuevas vacunas podían favorecer la aparición de
autismo o esclerosis múltiple... ¡Es falso! El mayor riesgo de las
vacunas es no ponerlas cuando hace falta.
Pero se generaliza la
vacuna contra el virus del papiloma: un cáncer, el de cuello de
útero, en realidad causado por virus.
Esa reveladora relación la
demostró un buen amigo mío, el también premio Nobel doctor Harald
zur Hausen.
Hausen me dijo aquí (30/VI/2011) que sospechaba que
otros cánceres también provenían de virus y tal vez enfermedades
degenerativas, como el alzheimer.
Me parece una hipótesis
plausible, que, desde luego, merece nuestra atención.
Si son
virus, podríamos vacunarnos.
Por eso estoy aquí apoyando la
investigación básica con las drosophilas, porque el estudio de la
inmunidad heredada, que se había descuidado, hoy está en
vanguardia.
A usted casi le cierran el laboratorio.
¡Dos
veces! Las autoridades francesas creían que la investigación de
insectos era más bien para combatir plagas agrícolas y que no tenía
aplicación médica.
Menos mal que usted les convenció.
Hoy
nadie discute la utilidad médica de esa investigación básica. Y
aquí en Barcelona se investiga mucho y bien con drosophilas.
¿Tanto
nos pueden revelar?
Los insectos constituyen un 80% de todas las
especies del mundo; destruyen cada año un tercio de los cultivos
humanos y ponen a un tercio de la humanidad en riesgo de enfermedades
graves como la malaria o el dengue. Si investigáramos cómo los
insectos que portan los virus consiguen no contraerlos, podríamos
aprender a derrotarlos.
¿Usted sabía que era crucial?
El
estímulo inmediato para investigar es resolver el rompecabezas que
te planteas. Yo, cuando empecé a investigar insectos en 1963, no
sabía que tendría aplicación médica, pero en 1995 ya estaba
convencido.
Treinta años de persistencia.
Soy muy insistente y
firme, como saben quienes intentaron cerrar mi laboratorio
¿Qué
otras enfermedades dependen de esa investigación inmunológica?
Los
tumores, por ejemplo: sabemos que son combatidos por el sistema
inmunitario heredado. Podemos avanzar en esa línea.
Los
antibióticos están perdiendo eficacia, pero no es rentable
investigar más.
Las farmacéuticas son necesarias, pero priorizan
la obtención de beneficio. Por eso, no podemos dejar toda la
investigación en sus manos. También necesitamos investigación
pública que anteponga nuestra salud y la ciencia a cualquier otro
fin.
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