Por
Nicola
Bizzi
Con el auge de la conexión
inalámbrica, las redes wifi nos invaden: están en los hoteles,
restaurantes, bares de copas, centros comerciales, colegios, oficinas
y un largo etcétera. ¿Pero suponen un riesgo para la salud?
La
Agencia de Protección Sanitaria de Gran Bretaña, en un estudio
realizado en 2007 constató que “la radiación
de
microondas en el rango de frecuencia de WiFi causa cambios de
conducta, altera las funciones cognitivas, activa la respuesta de
estrés e interfiere con las ondas cerebrales”. También se
mencionan los posibles riesgos para la salud de los niños
que
asisten a escuelas con redes inalámbricas.
Y
es que no hay que olvidar que la radiofrecuencia de los teléfonos
móviles e inalámbricos, de las torres de telefonía móvil y de las
redes WiFi emiten radiación
que
de una manera u otra, afecta a las personas que estén dentro de su
rango de acción.
El
estudio «Interphone», promovido por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y publicado en «International Journal of Epidemiology»,
pese a no ofrecer evidencias concluyentes sobre la supuesta inocuidad
de los terminales, levanta la sospecha. En una revisión del mismo
realizada en Junio de 2010, se aseguraba que por cada cien horas de
uso de teléfono
móvil,
el riesgo de meningioma –tumor cerebral– aumentaba un 26 por
ciento.
Fernando
Pérez, vicepresidente de la Fundación para la Salud Geoambiental
apunta que los pequeños de la casa son los más vulnerables, junto a
las embarazadas, personas mayores y enfermos. «Todos los estudios
epidemiológicos han demostrado efectos reales de las radiaciones en
la salud y el desarrollo de los niños»,
explica Pérez.
Por supuesto, hay otros estudios que
afirman que la exposición a este tipo de radiaciones es inocua. Pero
si así fuera, ¿por qué en Europa están tomando medidas?. Uno de
los ejemplos más contundentes llega del vecino galo. En Francia, se
están eliminando las redes WiFi en bibliotecas, colegios y lugares
públicos, «pero en España la legislación data del año 2001, y
establece unos límites máximos que son 4.000 veces superiores a los
recomendados por los últimos estudios», apunta Pérez.
Por otro lado, existen “informes
científicos” que afirman que las redes wi-fi son totalmente
inofensivas pero no hay que olvidar que la mayor parte de esos
“informes” están pagados por “la alianza WiFi” una
asociación que representa a la industria de WLAN, integrada por mas
de 200 grandes compañías.
Los síntomas de una alta exposición a
redes wifi se manifiestan mediante dolor de cabeza, cansancio crónico,
dificultad para dormir, palpitaciones, dolor en el oído e insomnio.
Así que lo mejor es prevenir, sólo
por si acaso. Éstas son algunas medidas que pueden protegernos de
las radiaciones wi-fi, tanto en la oficina como en la vivienda:
1. Desconectar la conexión cuando no
se esté utilizando, especialmente durante la noche.
2. Sustituya el acceso inalámbrico,
mediante cable de red, o bien un PLC que le permita usar su propia
red eléctrica y enchufes como red local.
3.
No abusar del teléfono
móvil.
Lo mejor es utilizarlo con la función de “altavoz” activada.
4.
No utilice teléfonos inalambricos DECT para su vivienda, los cuales
emiten grandes dosis de radiación.
Si no tiene más opción que utilizar un teléfono
inalambrico,
mire las opciones tipo ECODECT, que al menos evitan la emisión
cuando el teléfono esta descansando en la base.
5.
Acudir a un médico especializado para que nos realice una descarga
de la radiación
que
el cuerpo haya podido absorber.
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