Redacción BBC Mundo
Se llaman "disruptores
endocrinos", interfieren en nuestro sistema hormonal y es
virtualmente imposible escapar de ellos.
Pueden estar escondidos en el plástico,
en los perfumes, en el maquillaje y en las latas de comida.
Hay cerca de 800 compuestos químicos
conocidos que son sospechosos de ser capaces de interferir con
nuestras hormonas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque la gran mayoría no han sido
analizados, el año pasado la Comisión Europea identificó 66
compuestos químicos que mostraban "una clara evidencia de
actividad endocrina perturbadora", como parte de una propuesta
para la regulación de su uso.
Mira aquí la lista de compuestos
Y concluyó que "los humanos
tienen probabilidad de estar expuestos a 60" de ellos, entre
ellos bisfenol A (BPA), dioxin, atrazine y varios ftalatos.
Cada vez más estudios vinculan
contaminantes como estos a daños para nuestra salud que van desde la
infertilidad a un mayor riesgo de cáncer, según evidencias probadas
científicamente en estudios con animales.
Pero a falta de pruebas en humanos, la
gran mayoría de esos compuestos sigue presente en cientos de
productos que usamos a diario.
En juguetes para niños, en la comida y
en la pintura de uñas
Campbell comenzó a buscar alternativas
para reemplazar el binofenol A en 201.
THINKSTOCK
|
El grupo de los ftalatos se usa por
ejemplo en productos tan variopintos como juguetes para niños,
suelos de vinilo, detergentes y productos de limpieza, envoltorios y
envases de comida, juguetes sexuales, productos de belleza e higiene
como pintura de uñas, lacas para el pelo, lociones para el afeitado,
jabones, champús, perfumes y otros productos con fragancia.
Entre las 66 sustancias identificadas
como de riesgo por la Comisión Europea están varios ftalatos (BBP,
DEHP, DOP y DBP).
Uno de ellos, el DBP, es el que
"históricamente se ha usado más en productos cosméticos",
según la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA por sus
siglas en inglés). La industria lo usaba como un plastificador en
productos como la pintura de uñas para hacerlos menos quebradizos.
Según la FDA este tipo de ftalato
ahora se usa menos, pero hay otros, como el DEP que sigue siendo de
uso común.
Otro de los grandes sospechosos es el
bisfenol A (BPA), presente en envases de alimentos como botellas de
plástico o latas, y en cosméticos, juguetes, CDs y hasta hace poco
biberones.
Qué es el bisfenol A, el químico vínculado al cáncer que Campbell´s dejará de usar en sus sopas enlatadas
El hecho de que algunos contaminantes
hormonales ya no se usen tanto o estén prohibidos no garantiza que
no estemos potencialmente expuestos a su efecto nocivo porque según
la Organización mundial de la Salud algunos producen consecuencias
que pueden afectar a la descendencia de varias generaciones.
¿Cuál es el riesgo para nuestra
salud?
Tanto animales como humanos tienen una
mayor vulnerabilidad a estos productos químicos durante períodos
críticos de desarrollo, como dentro del útero de la madre o durante
la pubertad.
Según la OMS, los efectos de una
exposición temprana se pueden manifestar en cualquier momento de la
vida, en enfermedades como el cáncer de mama y de próstata,
infertilidad, pubertad precoz, obesidad, trastornos metabólicos y
diabetes de tipo 2.
Las advertencias sobre el daño
potencial de estos compuestos químicos se basan en el hecho de que
los sistemas endocrinos son muy parecidos en todas las especies
vertebradas.
Según un informe de la OMS de 2012,
"los efectos vistos en la vida salvaje o en experimentos con
animales pueden también ocurrir en humanos si están expuestos a
disruptores endocrinos en un momento vulnerable y en una
concentración que pueda alterar la regulación endocrina".
Mira aquí el informe de la OMS
¿Cómo podemos minimizar la
exposición?
Los juguetes con ftalatos están
prohibidos en muchos países. GETTY IMAGES.
|
Por un lado es muy difícil saber cual
es la composición exacta de los productos que consumimos. En 2015 la
Agencia Química Sueca analizó 112 juguetes en el país y halló que
el 15% contenían sustancias químicas prohibidas.
En el caso de los productos cosméticos
y de higiene, los fabricantes no tienen por qué incluir entre los
ingredientes la lista completa de compuestos y con frecuencia los
ftalatos están "escondidos" detrás de la palabra
fragancia.
- Escoger cremas, detergentes y productos que son libres de fragancia puede ayudar a reducir la exposición a los ftalatos.
- También priorizar materiales alternativos al plástico, como la madera, al escoger juguetes para los niños.
- En el caso de los envases de comida priorizar el cristal sobre las latas, que suelen estar forradas con BPA, y los plásticos.
Pero según expertos hay poco que
podamos hacer a título individual. Los mayores cambios deben darse a
nivel de regulación en la industria, para desplazar progresivamente
el uso de los compuestos químicos nocivos y buscar alternativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario