El estudio ‘Fibromialgia, en
femenino’, liderado por el equipo docente de María Francisca
Casas, adscrito a la Universidad de Alcalá (UAH), ha estudiado las
causas de la fibromialgia, una enfermedad que afecta al 3,4% de
mujeres frente al 0,6% de hombres, de acuerdo con los datos de la
Sociedad de Reumatología Europea.
La investigación, que continúa en
curso, ha encontrado cómo algunos hábitos de cuidado personal mucho
más frecuentes entre las mujeres, aumentan el riesgo de padecer
fibromialgia u otras enfermedades. Entre ellos destacan el uso diario
de numerosos productos de higiene personal y cosméticos, o el vestir
más habitualmente prendas realizadas con fibras sintéticas.
'Los
champús, geles, cremas y cosméticos contienen numerosas sustancias
químicas, como mercurio o parabenes, con efectos en el organismo que
muchas veces desconocemos, que se acumulan en el cuerpo de la mujer,
y que puede asociarse con la aparición de fibromialgia, cuya causa
también se desconoce. Fue paradigmática la presencia de parabenes
(conservantes muy usados en los productos de higiene y cosméticos)
en los ganglios en mujeres muy jóvenes en países desarrollados con
cáncer de mama', explica. Este hallazgo llevó a una campaña en la
Europa Central que eliminó estos productos de los cosméticos. Otros
condicionantes que pueden estar asociados a la aparición de esta
dolencia se relacionan con la exposición a un entorno ambiental
contaminado: 'Los tóxicos ambientales, pesticidas,..etc pueden tener
mayor repercusión en las mujeres y pueden acumularse en mayor medida
en la grasa de su cuerpo, por las características femeninas',
puntualiza la investigadora.
La fibromialgia se caracteriza por
dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la
presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos). Las personas
que sufren esta enfermedad perciben como dolorosos estímulos que
habitualmente no lo son. Además del dolor, la fibromialgia puede
ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las
mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y
pies. También pueden notarse hormigueos poco definidos que afectan
de forma difusa sobre todo a las manos. Los reumatólogos tienen
localizados esos 18 puntos dolorosos en diferentes áreas del cuerpo
como son las rodillas, el glúteo, la cervical inferior, la segunda
costilla o el supraes inoso. Este sufrimiento físico puede generar
malestar psíquico, como tristeza profunda o depresiones.
'Es una
enfermedad oculta e ignorada', explica la investigadora. 'El
conocimiento clínico sobre la misma es escaso y hace que los
especialistas no hayan podido establecer unos protocolos de
prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Esta
realidad conduce a que en, muchas ocasiones, se confundan los
síntomas de la fibromialgia con otras patologías como artritis
reumatoide o problemas hormonales, por la similitud de sus
manifestaciones y solo se diagnostique tras descartar otras
opciones'. En opinión de Casas, 'en numerosas ocasiones, las mujeres
que acuden con sus síntomas al sistema sanitario, no recibe
respuestas; pasando de un especialista a otro, sin obtener mejora y
siendo consideradas en muchas ocasiones como neuróticas. Entendemos
que desde la formación de los profesionales de la salud y en
especial de enfermeras, deben aprender a escuchar a las pacientes,
entender sus sufrimiento y ayudarle a gestionar su tristeza y, en
este proceso: Las mujeres tradicionalmente hemos sido consideradas
como “quejicas” , la perspectiva de género es esencial, para
empoderar y darle significado y respuestas a sus malestares'.
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