Ciudad contaminada. / Europa Press
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La Organización Mundial de la Salud
(OMS) ha avisado de que cada año mueren siete millones de personas
por contaminación y de que nueve de cada diez respiran aire
contaminado, unas cifras “alarmantes” que afectan especialmente a
las personas más pobres.
"Es inadmisible que más de 3.000
millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sigan
respirando todos los días el humo letal emitido por cocinas y
combustibles contaminantes en sus hogares. Si no adoptamos medidas
urgentes contra la contaminación del aire, el desarrollo sostenible
será una simple quimera", ha dicho el director general de la
OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Las partículas finas contenidas en el
aire contaminado penetran en los pulmones y en el sistema
cardiovascular y provocan enfermedades como, por ejemplo, accidentes
cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón, neumopatía
obstructiva crónica e infecciones respiratorias.
En concreto, se estima que causa una
cuarta parte (24%) de todas las muertes de adultos por cardiopatías,
el 25 por ciento de las muertes por accidentes cerebrovasculares, el
43 por ciento de las muertes por neumopatía obstructiva crónica y
el 29 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón.
De hecho, la contaminación ambiental
por si sola provocó 4,2 millones de muertes en 2016, mientras que la
contaminación del aire en las casas, originada por la cocción de
alimentos con combustibles y tecnologías contaminantes, causó unos
3,8 millones de muertes en el mismo periodo.
Más del 90 por ciento de las muertes
relacionadas con la contaminación del aire se producen en países de
ingresos bajos y medianos, principalmente de Asia y África, seguidos
por los países de ingresos bajos y medianos de la Región del
Mediterráneo Oriental, Europa y las Américas.
Asimismo, aproximadamente 3.000
millones de personas (más del 40 por ciento de la población
mundial) siguen sin tener acceso a combustibles y tecnologías de
cocción limpias en sus hogares, lo que constituye la principal causa
de contaminación del aire doméstico.
En este sentido, la OMS viene
realizando un seguimiento de la contaminación del aire doméstico
desde hace más de un decenio y, aunque la tasa de acceso a los
combustibles y tecnologías limpias está aumentando en todas partes,
las mejoras son "más lentas", especialmente en África
subsahariana.
"Muchas ciudades grandes de todo
el mundo quintuplican con creces los niveles fijados en las
directrices de la OMS sobre la calidad del aire, lo que representa un
riesgo considerable para la salud de las personas. El interés
político en este desafío mundial para la salud pública es cada vez
mayor. El aumento del número de ciudades que registran datos sobre
la contaminación del aire refleja un compromiso con la evaluación y
el monitoreo de la calidad del aire. Este aumento se ha dado
principalmente en países de ingresos altos, pero esperamos ver un
aumento similar de los esfuerzos de monitoreo en todo el mundo",
ha dicho la directora del departamento de Salud Pública y
Determinantes Medioambientales y Sociales de la Salud de la OMS,
María Neira.
Avances "positivos"
Aunque los datos más recientes
muestran que los niveles de contaminación del aire ambiente
siguen siendo peligrosamente altos en la mayor parte del mundo,
también evidencian algunos avances "positivos". Por
ejemplo, la Ciudad de México se ha comprometido a aplicar normas a
favor de vehículos menos contaminantes, optando por ejemplo por
autobuses que no emiten hollín y prohibiendo los coches particulares
de diésel para 2025.
Las principales fuentes de
contaminación del aire provocada por partículas finas son el uso
ineficiente de energía en los hogares y los sectores de la
industria, la agricultura y el transporte, y las centrales eléctricas
alimentadas con carbón. En algunas regiones, la arena y el polvo del
desierto, la quema de desechos y la desforestación son fuentes
adicionales de contaminación del aire. La calidad del aire también
puede verse influida por elementos naturales, como factores
geográficos, meteorológicos y estacionales.
"Mejorar la calidad del aire
requiere medidas gubernamentales ininterrumpidas y coordinadas en
todos los niveles. Los países tienen que colaborar para encontrar
soluciones que posibiliten el transporte sostenible, la producción y
el uso de energías más eficientes y renovables, y la gestión de
desechos", ha aseverado el organismo de Naciones Unidas.
Este año, la OMS organizará la
primera Conferencia Mundial sobre la Contaminación del Aire y
la Salud, del 30 de octubre al 1 de noviembre de 2018, con el fin de
reunir a los gobiernos y los asociados en el marco de una
movilización mundial para mejorar la calidad del aire y luchar
contra el cambio climático.
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