Los gobiernos de la UE dan su visto
bueno para restringir el uso al aire libre de la clotianidina, el
imidacloprid y el tiametoxam por ser responsables de la muerte masiva
de insectos polinizadores en la UE
LUCÍA VILLA @Luchiva
La Unión
Europea restringirá casi por completo el uso de los pesticidas que
están acabando con millones de abejas y otros insectos polinizadores
en Europa. En concreto, Europa vetará tres insecticidas
neonicotinoides fabricados por los gigantes químicos Bayer y
Syngenta: la clotianidina, el imidacloprid y el tiametoxam,
autorizados en la UE desde 2005 y parcialmente limitados en 2013 por
su daños a las poblaciones de abejas. Ahora, y en base a un último estudio de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)
publicado en febrero que confirmó el grave perjuicio de estos
productos para los insectos polinizadores, la Comisión ha decidido
ampliar ese veto.
La nueva
regulación a la que una mayoría de gobiernos de la UE ha dado el
visto bueno este viernes implicará la total prohibición del uso de
estos tres pesticidas en espacios al aire libre, donde se usan de
forma mayoritaria, aunque se seguirá permitiendo su uso en
invernaderos permanentes. Antes sólo se había limitado su uso en
cultivos atractivos para las abejas como el maíz, la colza o el
girasol, pero ahora el veto afecta a cualquier tipo de cultivo. La
normativa entrará en vigor a finales de año, según ha anunciado la
Comisión Europea en un comunicado.
"La CE
propuso estas medidas hace meses en base al asesoramiento científico
de la EFSA. La salud de las abejas sigue siendo de vital importancia
para mí ya que forman parte de la biodiversidad, de la producción
de alimentos y el medio ambiente", ha dicho el comisario europeo
de Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis.
Aunque
España no quiso adelantar cual sería su posición en la votación que se produjo este viernes, su voto finalmente a favor ha resultado
crucial para conseguir la prohibición, que necesitaba el visto bueno
de al menos 16 países con una representación del 65% de la
población europea para salir adelante. Los grupos ecologistas han
celebrado la decisión.
La votación
contó finalmente con 16 países a favor (Francia, Alemania, España,
Italia, el Reino Unido, los Países Bajos, Austria, Suecia, Grecia,
Portugal, Irlanda, Eslovenia, Estonia, Chipre, Luxemburgo y Malta)
—que representan el 76,1% de la población de la UE— , cuatro en
contra (Rumania, la República Checa, Hungría y Dinamarca) y ocho
abstenciones (Polonia, Bélgica, Eslovaquia, Finlandia, Bulgaria,
Croacia, Letonia y Lituania).
La
desaparición masiva de abejas y de otros polinizadores es un
fenómeno que afecta al continente desde hace unos 20 años,
especialmente a los países más al sur, como España, y al que los
científicos han dedicado multitud de investigaciones.
Aproximadamente el 90% de las especies de plantas con flores y el 75%
de los cultivos en el mundo dependen de la polinización animal para
sobrevivir, por lo que el declive de estos insectos implica graves
riesgos para la la alimentación de la humanidad y la conservación
de la biodiversidad. En Europa, el 37% de las poblaciones de abejas
está en declive y el 24% en peligro de extinción, según la
Coalición para la Conservación de los Polinizadores, de la que
España forma parte desde 2016.
Aunque su
desaparición no es responsabilidad sólo de los pesticidas —entre
las causas también se cuentan los cambios en el uso de la tierra,
las prácticas de agricultura intensiva, las especies exóticas
invasoras, los patógenos, el cambio climático o las enfermedades y
plagas— el efecto nocivo para las abejas de los insecticidas
conocidos como neonicotinoides ha quedado científicamente avalado en
multitud de estudios desde hace tiempo. Por eso la UE restringió
parcialmente su uso en 2013. Y lo amplía ahora, tras quedar
completamente confirmado por la EFSA.
No obstante,
los tres químicos prohibidos por la UE no son los únicos pesticidas
neonicotinoides que se usan en Europa. También el acetamiprid y el
thiacloprid contienen esta sustancia activa, pero no han sido
prohibidos. La EFTA considera que el primero conlleva "un bajo
riesgo" para las abejas y el segundo está en revisión por ser
un disruptor endocrino. No obstante, la organización ecologista
Greenpeace considera que en Europa, uno de los lugares más afectados
del mundo por el fenómeno de la desaparición de abejas junto a
Norteamérica, se usan hasta 7 pesticidas dañinos para estos
insectos.
"Los
gobiernos deben prohibir todos los plaguicidas dañinos para las
abejas y finalmente romper con la dependencia de los plaguicidas
químicos en la agricultura”, ha señalado Franziska Achterberg,
directora de Política Alimentaria de la UE de Greenpeace, que ha
celebrado este primer paso "fundamental" dado hoy por
Estados miembros.
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