Por El Médico Interactivo Publicado el
Feb 11, 2020
Los investigadores han desarrollado un
método más preciso para medir los niveles de bisfenol A (BPA) en
humanos y han descubierto que la exposición al químico disruptor
endocrino es mucho mayor de lo que se suponía anteriormente, según
un estudio publicado en la revista ‘The Lancet Diabetes &Endocrinology’.
Este trabajo proporciona la primera
evidencia de que las mediciones en las que se basan las agencias
reguladoras, incluida la Administración de Drogas y Alimentos de
Estados Unidos (FAD), son defectuosas y subestiman los niveles de
exposición hasta 44 veces.
“Este estudio plantea serias
preocupaciones sobre si hemos sido lo suficientemente cuidadosos
acerca de la seguridad de este producto químico –advierte Patricia
Hunt, profesora de la Universidad Estatal de Washington y autora
correspondiente del artículo–. De lo que se trata es de que las
conclusiones a las que han llegado las agencias federales sobre cómo
regular el BPA pueden haberse basado en mediciones inexactas”.
El BPA se puede encontrar en una amplia
gama de plásticos, incluidos los envases de alimentos y bebidas, y
los estudios en animales han demostrado que puede interferir con las
hormonas del cuerpo. En particular, la exposición fetal al BPA se ha
relacionado con problemas de crecimiento, metabolismo,
comportamiento, fertilidad e incluso un mayor riesgo de cáncer.
A pesar de esta evidencia experimental,
la FDA ha evaluado datos de estudios que miden el BPA en orina humana
y determinó que la exposición humana al químico está en niveles
muy bajos y, por lo tanto, seguros. Este documento cuestiona esa
suposición y plantea preguntas sobre otros productos químicos,
incluidos los reemplazos de BPA, que también se evalúan utilizando
métodos indirectos.
El colega de Hunt, Roy Gerona, profesor
asistente de la Universidad de California en San Francisco,
desarrolló una forma directa de medir el BPA que explica con mayor
precisión los metabolitos de BPA, los compuestos que se crean a
medida que el químico pasa a través del cuerpo humano.
Anteriormente, la mayoría de los
estudios tenían que basarse en un proceso indirecto para medir los
metabolitos de BPA, utilizando una solución enzimática hecha de un
caracol para transformar los metabolitos en BPA completo, que luego
se podría medir.
El nuevo método de Gerona es capaz de
medir directamente los metabolitos de BPA sin usar la solución
enzimática.
En este estudio, un equipo de
investigación compuesto por Gerona, Hunt y Fredrick vom Saal de la
Universidad de Missouri comparó los dos métodos, primero con orina
sintética enriquecida con BPA y luego con 39 muestras humanas.
Encontraron niveles mucho más altos de
BPA utilizando el método directo, hasta 44 veces la media informada
por la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES). La
disparidad entre los dos métodos aumentó con más exposición a
BPA: cuanto mayor es la exposición, más se pierde el método
anterior.
Gerona advierte de que se necesita más
replicación. “Espero que este estudio llame la atención sobre la
metodología utilizada para medir el BPA y que otros expertos y
laboratorios analicen más de cerca y evalúen de manera
independiente lo que está sucediendo”, añade.
El equipo de investigación está
llevando a cabo más experimentos en la medición de BPA, así como
otros productos químicos que también pueden haberse medido de esta
manera, una categoría que incluye fenoles ambientales como
parabenos, benzofenona, triclosán que se encuentra en algunos
cosméticos y jabones, y ftalatos que se encuentran en muchos
productos de consumo, incluidos juguetes, envases de alimentos y
productos de cuidado personal.
“El BPA aún se mide indirectamente a
través de NHANES, y no es el único químico disruptor endocrino que
se mide de esta manera –explica Gerona–. Nuestra hipótesis ahora
es que, si esto es cierto para BPA, podría ser cierto para todos los
demás productos químicos que se miden indirectamente”.
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