¿Cómo es posible que precisamente en
este período de grave crisis sanitaria se acelere la implantación
de una tecnología tan cuestionada y sin garantía sanitaria?
La pasada semana una curiosa noticia
nos llamaba la atención: unos extraños haces luminosos en el
espacio fueron avistados por decenas de personas en la Comarca de
Pamplona- Iruñerria. La explicación, sin embargo, resultaba muy
razonable: Las luminarias correspondían al tren de satélites
privados Starlink, lanzados por la compañía aeroespacial Space X;
ya han lanzado 360 satélites y para el año próximo llegarán a ser
12.000.
No hace falta una investigación muy
exhaustiva para comprobar que esto es parte del despliegue de la
infraestructura de la tecnología 5G y el “Internet de las Cosas”,
tecnología que el propio Defensor del Pueblo ha señalado como carente de las necesarias garantías ambientales y sanitarias. La
comunidad científica, en base al conocimiento ya existente sobre los
efectos biológicos de la contaminación electromagnética, ha
alertado sobre las graves consecuencias sanitarias y medioambientales
que el despliegue de la infraestructura 5G provocará. Incluso
Bruselas, Suiza, Eslovenia y un importante número de municipios de
EEUU, Gran Bretaña e Italia han planteado una moratoria al 5G hasta
que no se demuestre su inocuidad; en otro lado de la cuerda se ubican
ciudades punteras en el despliegue del 5G como Wuhan en China.
¿Cómo es posible que precisamente en
este período de grave crisis sanitaria se acelere la implantación
de una tecnología tan cuestionada y sin garantía sanitaria?
En efecto, hoy por hoy la única
defensa contra el coronavirus es nuestro sistema inmunitario, que
puede verse debilitado por efecto de la exposición a la
contaminación electromagnética producida por las radiofrecuencias.
Precisamente las radiofrecuencias son el medio de funcionamiento para
la comunicación y transmisión de datos de la tecnología
inalámbrica (móviles, wifi, inalámbricos…), y la tecnología 5G
incrementará exponencialmente esta exposición además de extenderla
a toda la superficie del globo terráqueo a través de miles de
satélites-antena, algunos lanzados la pasada semana y otros
previstos para los próximos meses.
Las radiofrecuencias podrían favorecer
la propagación de los virus. Una reciente investigación china
publicada en la revista «Virology» sobre otro tipo de coronavirus,
explica que la infección aumenta las concentraciones de calcio en
las células y eso acelera la replicación de los virus y por tanto
la letalidad de la infección vírica. El bloqueo de los canales de
calcio inhibe la infección; el Dr. Martin Pall he demostrado que las
radiofrecuencias abren los canales de calcio y aumentan las
concentraciones de calcio en las células, exactamente lo que
necesitan los virus para replicarse.
¿Cómo es posible que mientras se pide
(o impone) un sacrificio a la población con el confinamiento como
respuesta a un virus, los gobiernos e industria de las
telecomunicaciones aceleran la implantación del 5G, tecnología que
agrava las infecciones víricas?
Hay miles de hogares con niños y niñas
que no han salido a la calle en semanas, bajo la continua exposición
a radiofrecuencias provenientes de sistemas wifi, móviles y otros
aparatos electrónicos domésticos; hoy más que nunca es evidente la
falta de aplicación de las recomendaciones de protección de la
población, especialmente la población infantil, frente a las
radiofrecuencias que establecía la Resolución 1815 de la Comisión
Europea en 2011. Las instituciones difunden el “Quédate en casa”,
aunque parece que pocos estamentos oficiales se ha preocupado sobre
los factores ambientales de nuestra estancia en el hogar pese su
influencia en el sistema inmunológico y la capacidad de respuesta a
procesos víricos. Sumando el previsto despliegue del 5G, los efectos
en la salud futura de las exposiciones actuales a radiofrecuencias
podrían ser importantes.
Y de la mano de la microbiología, los
efectos medioambientales del 5G debido a la alteración ubicua del
entorno electromagnético terrestre se prevén como incluso más
críticos que los sanitarios; afección a microbiología, insectos,
aves, plantas y bosques e incluso a mamíferos. Una mayor ruptura del
equilibrio de los ecosistemas puede poner en jaque a los servicios
ecosistémicos que son la base de la vida.
Ya es sabido que la infraestructura 5G
no sólo consistirá en satélites, sino en millones de antenas
urbanas y de dispositivos emisores camuflados en todos los
electrodomésticos y objetos imaginables, pasando por la sustitución
de los teléfonos móviles actuales. Para ello se deberán emplear
(se están empleando) unos recursos energéticos, materiales y
financieros muy necesarios en otros ámbitos, generando un importante
volumen de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, acelerando el
cambio climático.
Aspiramos a la paralización de la
tecnología 5G porque además de sus perniciosos efectos sanitarios,
medioambientales y sociales, no es necesaria. No queremos conducción
autónoma ni cirugía a distancia, ya que las personas,
profesionales, nos generan mucha más confianza que las máquinas y
lo que necesita el sistema sanitario público es revertir los
recortes y recuperar su fortaleza y calidad, y no dilapidar su
presupuesto en el 5G. Tampoco nos interesa pagar tan elevado precio
por mejorar nuestra conexión; la fibra óptica, incluso en el medio
rural, ya ofrece unas altas velocidades por cable y es apta para el
teletrabajo o el acceso a la cultura y al ocio. Obviamente, no
deseamos en absoluto que la “nube” virtual se apropie de nuestros datos y se entrometa en nuestra privacidad haciéndonos más
vulnerables a la manipulación, al ciberdelito, a la vigilancia
permanente y, por lo tanto, a la limitación de nuestra libertad y
derechos.
Finalmente,
deseamos recordar a las instituciones navarras y españolas que el
“progreso” que deseamos no es precisamente en favor de
tecnologías sin garantía sanitaria como el 5G y el capital
relacionado con ello, y por ello solicitamos:
La aplicación urgente del “Quédate
en casa” también a la industria de las telecomunicaciones durante
este confinamiento.La paralización del despliegue 5G mientras que la
ciencia no determine su inocuidad y las aseguradoras no cubran las
responsabilidades por afección a la salud.Y la derivación de esos
recursos energéticos, financieros, legales o humanos previstos para
el 5G a sanidad, medio ambiente, salud ambiental y aplicación de la
Resolución 1815.
De esta forma, el progreso, el
desarrollo y la tecnología podrán estar enfocados al medio
ambiente, las personas y su salud.
Firmamos el artículo los siguientes
grupos:
Plataforma Stop 5G Navarra –
Nafarroako Stop 5G Plataforma
Enlaces relacionados:
- 1. Las luces de un tren de satélites sobresaltan a Pamplona y su Comarca
- 2. Starlink, constelación de satélites de internet.
- 3. Resolución del Defensor del Pueblo sobre el Plan Nacional 5G
- 4. Informe Bioinitiative, su reconocimiento institucional y resúmenes en castellano
- 5. Llamamiento Internacional para detener la implantación de la red 5G
- 6. Moratorias de Bruselas, Suiza y Eslovenia al despliegue de la red 5G
- 7. Artículo “¿Es seguro para lasalud el 5G?” P. Belmonte, C. Maestu, E. Navarro
- 8. “Corona Virus and 5G – is therea connection?” by Magda Havas
- 9. Compilación de estudios científicos de cómo las radiofrecuencias afectan al sistema inmunitario
- 10. “Primavera silenciosa”, artículo El Norte de Castilla, 2020.02.29 por Alfonso Balmori
- 11. Porcine deltacoronavirus (PDCoV) modulates calcium influx to favor viral replication
- 12. Pall M. L. 2015
- 13. Pall M. L. 2016
- 14. Resolución 1815 del Parlamento Europeo
- 15. Recomendaciones para niños con respecto a las pantallas durante la cuarentena COVID-19 de instituciones rusas
- 16. Artículo “El 5G, una forma de apropiación de valor peligrosa para la salud”, S. Salvador de León, revista “Libre Pensamiento” nº100
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