Pacientes con fibromialgia tienen
alterado el circuito cerebral del dolor. Conoce opinión de experto
de MEDS.
Ahora, un trabajo ha logrado ver
que en el cerebro de estos pacientes fluye más sangre por las áreas
ligadas con el dolor y menos por aquellas en las que se genera la
respuesta al mismo.
¿Qué lo provoca? ¿Es una enfermedad
o un síntoma de otro trastorno? ¿Cómo se puede curar? Muchas
preguntas y pocas respuestas que desesperan a un grupo de pacientes
que, ante todo, sienten dolor.
Con una tomografía computerizada por
emisión de fotón único (SPECT, por sus siglas en inglés), los
autores del estudio, publicado en 'The Journal of Nuclear Medicine',
han iluminado las partes cerebrales tradicionalmente ligadas al
dolor.
En comparación con las 10 mujeres
sanas que también participaron en el trabajo, entre la veintena
diagnosticada con fibromialgia se detectaron irregularidades muy
significativas en distintas áreas cerebrales.
Problemas en el
flujo sanguíneo
"Confirmamos las anomalías en el flujo
sanguíneo que ya se habían detectado en enfermas de fibromialgia",
explican Olivier Mundler y su equipo, procedentes del Servicio
Central de Biofísica y Medicina Nuclear 'AP-HM Timone' y el centro
sanitario La Phocéanne (ambos en Marsella, Francia).
Concretamente, los expertos detectaron
hiperperfusión (exceso de flujo sanguíneo) en la corteza parietal y
los surcos precentral y postcentral; todas ellas zonas relacionadas
con el dolor.
A juicio del médico de MEDS y jefe de
la Unidad de Medicina del Dolor de nuestro centro, Dr. Norberto Bilbeny, (en la foto) “Recientemente se ha demostrado una
disminución de la función del hipocampo en el sistema nervioso
central de los pacientes con fibromialgia. El hipocampo juega un rol
en la regulación del dolor, en la memoria y el aprendizaje y en
disminuir la respuesta al estrés. El investigador Dr. Patrick Wood
de la Asociación Americana del Síndrome de Fibromialgia, utilizando
nuevas técnicas de imágenes cerebrales con resonancia magnética
espectroscópica, la cual permite medir sustancias químicas y
metabolitos en el cerebro, ha mostrado que los pacientes
fibromialgicos tienen una disminución del N-acetilaspartato en el
hipocampo. Esto último explicaría: el dolor, el cansancio, la
ansiedad, la depresión y el deterioro físico de estos pacientes. De
esta manera, mediante imágenes cerebrales del flujo sanguíneo e
imágenes de moléculas químicas, se confirma que los pacientes
fibromialgicos tienen diferentes alteraciones en centros del sistema
nervioso central relacionados con el procesamiento del dolor,
acentuándose el concepto de que la fibromialgia es una enfermedad
real, verdadera y del sistema nervioso central”, sostiene el
facultativo de MEDS.
Asimismo, en la investigación dada a
conocer hace algunos días, se pudo ver una baja circulación
sanguínea (o hipoperfusión) en la parte anterior de la corteza
temporal izquierda, engranaje fundamental en el mecanismo de control
de las emociones.
Conscientes de las limitaciones de su
trabajo, como el bajo número de pacientes estudiados y la falta de
equilibrio entre los participantes sanos y los enfermos, los
investigadores subrayan la valía de sus datos.
"Las
anormalidades en el flujo cerebral de los pacientes con fibromialgia
no dependen de la ansiedad y la depresión y se relacionan con la
severidad clínica de la enfermedad", apuntan.
Uno de los autores, Eric Guedj,
sostiene que "la fibromialgia podría estar relacionada con una
disfunción global en el procesamiento cerebral del dolor". Y
concluye que su trabajo "refuerza la idea de que se trata de un
trastorno o una enfermedad real".
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